martes, 30 de diciembre de 2014

Premios 20Blogs 2014

Premios 20Blogs

Participa este blog en la categoría Cultura y Tendencias de los Premios 20Blogs. Puedes encontrarlo en la letra H. 

lunes, 8 de diciembre de 2014

Túnel al osario en Túnel de Letras

Ya salió el número 4 de la revista literaria Túnel de Letras, donde me publicaron el cuento: "Túnel al osario". 
Los invito a leer en cualquiera de las versiones disponibles. 

Les dejo los enlaces: 




Gracias a la gente que lleva adelante la revista. 
Gracias por apoyar a los autores noveles. 

Aparece en la página 20


sábado, 6 de diciembre de 2014

COMBATIENDO AL CALOR*

Las autoridades en busca de nuevas soluciones siempre, están apostando por un nuevo sistema de combate al calor, a la deshidratación.

   Hace cierto tiempo que vienen estudiando la posibilidad de disminuir los casos de deshidratación en la población. Entre las menos probables medidas está la incorporación de la ingesta de tereré. 


   Un funcionario de la prestigiosa Administración Central en viaje por las tórridas tierras de “Las largas siestas e interminables tererés” descubrió la bebida que, él llamó: sanadora. En viaje por las calurosas tierras del norte argentino y en paso por tierras guaraníes el alto funcionario sufrió un leve desmayo por causas del calor agobiante. Como estaba acompañado de una delegación médica, éstos le administraron una serie de medidas para ayudarlo, pero sin resultados  importantes. Sin embargo, lo que mayor efecto hizo en el paciente fue la bebida proporcionada por los lugareños. Ante la cual primero se reusó, pero luego de beber por un rato sintió cómo el alma le volvía al cuerpo.
   De vuelta en el país comentó la anécdota con allegados que le dijeron: “Tomaste mate frío…” A lo que el funcionario respondió: Sí, pero ellos le llaman tereré. Y en plena época de calor, en consejo de sabios propuso al ministro del área declarar la bebida como un energizarte natural, como revitalizador. 
  El ministro de las cosas económicas consideró que era una buena idea, interesante pues se precisaría más yerba mate para el verano, pero además, el país podría producir el envasado dentro del país con una marca “Natural”. Además, sería todo un boom –comentó el encargado del ministerio de la cosa turística.  
  El encargado del ministerio de las industrias consideró que podría crearse una gama de nuevos productos como recipientes, máquinas productoras de hielo, o importarlas, pues existen en los países vecinos.       
   El encargado de la cosa turística consideró que podría hacerse una importante campaña en el inicio de la temporada que arrancaba en pocos días. Aunque sabe -dijo en la reunión, según fuentes confiables-  que el sistema no estaba en todo aceitado se podría implementar ya. 
   Aprobada en la reunión del consejo se declaró a la bebida de interés ministerial, y se encargó el llamado urgente a una convocatoria de interesados en la publicidad para realizar la difusión de la nueva bebida “Natural”. 
   Aconsejó el ministerio del área de salud que se hiciera hincapié en la población mayor por cuanto es la más vulnerable ante la subida de las temperaturas.
   El vicepresidente dijo: “Esto es una revolución”. Todos lo aplaudieron y se congratularon por la brillante idea. Y dijo también: “El slogan debería incluir la frase ‘Combatiendo al calor’, ¿no lo creen?”

*Nota publicada el 06-12-2014 en el diario matutino de "Ciudad de los Jarrés",   EL OJO DEL GAVILÁN. 

martes, 25 de noviembre de 2014

Nuestras Huellas en la Era Digital

Estimados cybernautas los invito a conocer un nuevo proyecto de comunicación que está en sus inicios y desea recibirlos para compartir algunas notas periodísticas, entrevistas, reportajes, y otras formas de comunicación periodística de producción propia o de invitados. El blog tiene por nombre Nuestras Huellas en la Era Digital 









jueves, 20 de noviembre de 2014

Una nota y una entrevista en Huellas de Pedro buda - Comunicador

Puedes leer la nota y la entrevista en mi otro blog Huellas de Pedro Buda - Comunicador o en la página de este blog Mis notas periodísticas en otros medios 




*Estimados cybernautas, les comunico que estas notas también pueden leerse en el  blog 

martes, 18 de noviembre de 2014

Será como volver a ver… el sol naciente

Felizberto Fernández es el nombre del Comisario, ahora retirado. A sus casi setenta años, cansado de la rutina del no hacer, que le impone la jubilación a cualquiera, anduvo en los últimos meses medio dormido, bajo la luz de las tardecitas. Pero su cabeza inquieta lo detuvo, en seco, la centésima novena tarde. Justo cuando cruzaba el umbral de su casa la jovencita de cabellos negros y ojos claros, con sus apretados vaqueros, muy gastados. Ella pasó y solicitó hablarle. Él se paró, miró a los costados y luego, como quien se despierta de un largo sueño, se rascó la cabeza, intentando comprender.
Los días habían pasado lentos, muy lentos, en los últimos tiempos. Se sentía morir, cada tarde, cuando el sol se escondía tras la serranía. Subía al coche, buscaba a su mujer que volvía de visitar a los nietos -mientras él examinaba qué hacer para no sentirse un viejo inútil, que no lo era. La jubilación lo tomó desprevenido, la mañana que se presentó como de costumbre, en la Comisaría, y recibió la noticia. “Fue como un balazo en el medio del corazón”, según lo señaló, un día, comentando lo sucedido a un viejo amigo.  
Lo sucedido aquella tarde, que la joven de los vaqueros gastados cruzó el umbral, le devolvió la vida. No porque haya muerto, pero sí estaba en franco proceso de deterioro. Sus preocupaciones habíanse limitado a dar de comer a los gatos y a los perros vagabundos que paraban en su puerta, a realizar los mandados… Dejó de comprar el diario y se sumió en la contemplación de la tarde, muriendo casi, en cada final de día. Pero eso cambió, esa precisa tarde. La joven lo miró fijo a los ojos. “Vos no sabés quien soy yo, pero te conozco, como de toda la vida”- le dijo.
Él pensó que la joven tenía la edad como parar ser su hija, pero si de algo estaba seguro era que nunca le fue infiel a su mujer. No porque no tuviese oportunidad, sino por pura convicción.  Entonces, se preguntó, tan velozmente, e indagó en cada rincón posible de sus recuerdos y casi no halló respuesta. Sin embargo, el rostro de la joven, por algún motivo, le resultaba familiar. ¿Quién era? Pensó y pensó, mientras ella miraba en su mochila y buscaba, como él en sus recuerdos, algo. Al fin, él vio en su sonrisa, la punta del iceberg, que se mostró en su total plenitud, cuando ella le reveló la foto de su madre, la cual estaba en medio de su billetera.  
− Mi madre era Azucena…
− La recuerdo, ella…
− Te brindaba información de ciertas personas y lugares. Todo me lo contó en mi adolescencia.
− Pero… ¿cómo…?
− Ella dejó de ejercer… dejó las calles y se casó con mi padre, un antiguo almacenero que estaba enamorado de ella. Y nací yo. Nunca supe de su vida en las calles, hasta que un día ella sintió la necesidad de contarme todo, antes de que alguien más lo hiciera. Yo era adolescente y fue muy duro, sin embargo, la forma en que me lo contó, sumado a que mi padre confirmó la historia y me hablaron de su gran amor, me hizo aceptar las cosas como un cuento de hadas. Pero también me confesó que trabajó contigo, brindándote información, de que le ayudaste y la defendiste en mil oportunidades.
− Apenas un par de veces, sólo un par. Azucena, sabía cuidarse. Por eso la respeté siempre y pude confiar en ella para trabajar juntos. 
− Ella me contó que eras una buena persona y si algún día tenía problemas, acudiera a ti. Por eso vine…
− ¿Y cómo me encontraste?
− Siempre supo donde vivías…
− ¿Cómo?...
− Un compañero tuyo pasaba, a veces, por el almacén y ella preguntaba, discretamente.
− Entiendo…
− ¿Y, entonces, qué te trae por aquí? En ese momento, el sol que estaba oculto por unas nubes, volvió a encenderse. Iluminó la calle y dejó ver mejor el rostro de la joven. Innegable, era la hija de Azucena.

Estrella, la esposa de Felizberto, la tarde en cuestión, se volvió sola en ómnibus, pues tenía que hacer unas diligencias en el barrio. Su nombre le había sido puesto porque sus padres, al momento de tener su madre las primeras contracciones, vieron una estrella fugaz. Pero si algo decía de su persona su nombre, era respecto de la velocidad para andar, para tomar decisiones, para perderse en un pensamiento. Y al verlo a su Felizberto en presencia de una hermosa joven, las ideas salieron disparadas ágilmente, al punto que no saludó al entrar ni al salir -con otra ropa-, cinco minutos después.
Felizberto notó enseguida la cara de su mujer, sin embargo, la dejó ir, sabía que minutos después se le pasaría y se sentiría avergonzada de su conducta, de su celos, de su reprochable falta de confianza en sí misma, y le devolvería la sonrisa, como de costumbre. Así era ella y así su conducta; pero también así era como él la quería, pues llevaban cuarenta años compartiendo el mismo techo, la misma cama, el mismo ritual.
Nadia -que es el nombre de la hija de Azucena- sintió el viento, el movimiento del huracán que salió apenas entró, pero no dijo nada. Se limitó a exponer las razones de su visita. Hizo una concisa y, a la vez, muy precisa declaración de los hechos, según tenía conocimiento, y expuso sus certezas y sus dudas. Era un caso para detectives, pero ella estaba dispuesta a pagar el precio adecuado, para que él se hiciera cargo de los pormenores de dicha investigación.
Felizberto le dijo: “Nada tienes que pagar… no trabajo más, no puedo cobrar por ayudarte. Será un placer dedicarle tiempo a una investigación privada, incluso aún conservo el contacto con mis ex colegas, por lo que, seguramente, en poco tiempo podré informarte de los avances. Ahora, déjame un número telefónico, un par de datos más y yo te buscaré. Será como volver  a ver… el sol naciente”.
Pedro Buda 2012


sábado, 15 de noviembre de 2014

El cuarto de Francisca en Palabras Diversas

El cuento “El cuarto de Francisca fue publicado en la revista Palabras Diversas en su número 50, en la sección LA PROSA QUE NO CESA. 


Participo en el número 50 de la revista junto a un medio centenar de escritores de habla hispana.
Recomiendo visitar el sitio de la revista y conocer a tantos escritores de tan diversos orígenes. Particularmente pude leer en la sección LA PROSA QUE NO CESA el cuento “Funcionó” de Andrés Pascua Cano y también “El escritor” de Elena Ortiz Muñiz que me conmovió y del cual rescato mucho, muchísimo. Logra, éste último,  lo que creo que muchos textos de ficción hacen: decir más sobre la vida y sus realidades que los propios informes periodísticos.  
El primer cuento mencionado creo que, entre líneas, nos lleva a pensar sobre "la verdad" que comunican los medios; sobre la punta de la madeja de acontecimientos que realmente pasan y -de los cuales- poco sabemos.  


martes, 28 de octubre de 2014

2618 líneas



Necesito dejar unas huellas más aquí o más allá de la inseparable línea rectilínea que nos separa, que nos une. Sí, esa línea que nos une y que está ahí en su forma, a veces muda; a veces ruidosa en el aparato que llamamos “monitor”, en las salas de Cuidados Intensivos de cualquier centro asistencial moderno que conocemos como hospital o sanatorio. 
Un lub dub surge espontáneo en un momento de la creación y ya nunca vuelve a detenerse sino hasta el final del juego.
Surgen estas formas de líneas y se unen a otras. Son un simple, o complejo, producto de otras líneas que creemos son los registros de lo que llamamos energía vital, expresiones de vida. ¿O unas y otras son productos de una forma más sutil de existencia que no desciframos aún y que, entonces, nos valemos de estas líneas, del lub dub, de éstas que surgen tras apretar mis yemas contra el teclado para darle cabida en esto que llamamos pensamiento?
2618 líneas-signos son necesarias para decir, para interpretar, para contar o para describir ese mundo que habita en el espacio virtual que creamos tú “lector-creador” y yo “creador-comunicador”.  Nuestro mundo lo habitamos juntos, como dos seres que se miran a través de un espejo que tiene aspecto de transparente cristal. Ese espacio donde nos vemos y reconocemos, entendemos y creamos nuestro contexto a medida, tejiendo con paciencia o no, el ambiente sonoro, el clima adecuado, la atmósfera apropiada para que el personaje se deslice y cumpla su cometido, es decir, acometer la acción. En otras palabras: “vivir”.
El calor se siente en la espalda desnuda que toca el respaldo de la silla o en el rostro que siente el deslizamiento de la gota de sudor que baja desde la frente y llega a las mejillas, se detiene y tras menearse durante un tiempo, el que tú o yo, o el que tú y yo convengamos –estimado cómplice de esta co-creación. Ésta que acaba de germinar, tomar forma y quizás, como otras manifestaciones de eso que llamamos vida, nos deje mudos al tomar sus propias decisiones y decida, seguir sus propios pasos, sin que tú o yo, podamos impedirlo. Porque es menester saber que llega un punto en que, ese tiempo llega. Tú y yo lo sabemos. Tú “lector-creador” y yo “creador-comunicador” nos damos cuenta que aquella complicidad que nos llevó a dar ciertos pasos juntos y darle forma a esto que llamamos una historia co-creada, una vida, se escapa y es continuada por otro lector-creador y quién sabe, quizás también otro creador-comunicador, imposible saber, detener esa manifestación que ¿quién sabe dónde se inició? Quizás en un punto que es, según dicen, una intersección de rectilíneas.


Pedro Buda 

jueves, 23 de octubre de 2014

Sitios que se cierran

Siento informar que el sitio publice.com  dejará de estar disponible en la red. Varios de mis cuentos fueron publicados en esa red social.
En publice.com conocí a varios escritores interesantes, que no hubiese conocido de no ser por el sitio. Gente que escribe cuentos o poesías muy interesantes, gente con una forma de llegar increíble y que sólo los leí en ese sitio.
Como dice su última entrada "Hasta luego"
Tiempo atrás también dejó de estar en la red el sitio "La Pluma Afilada" donde también pude publicar una serie importante de cuentos en una columna ofrecida por su creador y administrador, el comunicador español Gallardo. Aún hoy, en otro de sus sitios, sigue promocionando mi novela "Buscando... las llaves, las rutas".
Realmente es un aporte interesante que personas como ellos promuevan a nuevos escritores, a creadores que desean dar a conocer sus trabajos.
Gracias, muchas gracias a estas personas emprendedoras.

 



martes, 7 de octubre de 2014

ESPERANZA


Esperanza es el nombre del coro fundado y dirigido por la profesora Teresita Pizzorno hace casi 30 años. De hecho, en Abril de 2015 los celebrarán con la actuación de sus actuales integrantes. Algunos de ellos vienen desde los primeros ensayos trabajando para que cada actuación sea un disfrute para los concurrentes a los eventos en que participa el coro.
Sobre las actuaciones del Coro Esperanza, sus inicios y un montón de pequeñas anécdotas trata el libro que estoy elaborando. Un adelanto de la misma es la entrevista mantenida con la directora del coro, la señora Teresita Pizzorno, que fue publicada en su blog: cantaresvivir.

Desde ya gracias a los integrantes del coro que amablemente cedieron parte de su tiempo para la realización de las primeras entrevistas: Elma Yolanda Pedroso, Irma Da Silva, Julio César Pieri, Nelson Daniel Martínez y Delia Etchepare.



Presentación del coro el 4 de Octubre –
Coral Guarda E’ Passa (Miguelete 1975) – 
Encuentro de Coros
 

sábado, 27 de septiembre de 2014

Horizontes, reflejos...

Imágenes surgen desde el horizonte cercano o lejano.
En este camino de nuestras vidas compartimos momentos con distintas personas, que dejan sus huellas en nosotros y nosotros en ellos. A veces sólo compartimos unas horas o quizás menos, sin embargo, allí quedan esos momentos compartidos.

Hoy deseo compartir unas pocas imágenes de horizontes y del ocaso del sol que no es sino el renacer o amanecer en otra parte del mundo. En honor a alguien a quien conocí y del que hoy supe que partió hacia más allá de la inasible línea horizontal.  

*Las imágenes fueron registradas el 26 de setiembre de 2014 en los pagos de Juanra. 





jueves, 28 de agosto de 2014

La noche

Cuando se instala esa oscura, informe masa, tan llena y tan vacía, alrededor de mí, humana forma que teclea buscando los signos justos, es que da comienzo una situación, aunque indescifrable, hermosa.
  Los movimientos de mis dedos, los ruidos del teclado, los sonidos propios de la noche, entiéndase emisiones sonoras de grillos, mosquitos y también los humanos ronquidos, aullidos de canes, maullidos de gatos y gatas se mezclan conformando un todo, sólo existente en medio de la noche.
  En el invierno, chispean las leñas dentro de la salamandra, que algunos llaman quema tuti, otros… no sé, acaso importa. Se queman las leñas, se queman los árboles, se queman los tiempos, las alegrías, las pasiones, los recuerdos, todo se transforma dentro de la oscura forma de hierro… la noche.   
  La radio suena, surge de un modo parecido, aunque la percibo algo diferente, porque las voces surgen a dos espacios del teclado, en el mismo gris espacio del notebook. Todo evoluciona, en un sentido o en otro, o será mejor decir que todo se mueve en una dirección o en otra, sin que ello signifique evolucionar. No sé, pues no veo más allá de lo que la luminosidad de la pantalla permite, pues todo, el todo o nada, oscuro está.
  La insondable noche, sin embargo, permite liberar mi imaginación, y montada en ella, vago hacia el más allá, hacia el más acá de lo que es posible percibir. Descubro el infinito tiempo que sigue a las finitas humanas  ocupaciones rutinarias que, dicen, permiten vivir.
  Así surgen mil setecientas un palabras que pueden, o no, tener un significado para alguien más en este oscuro universo llamado “noche”. Quizás otro ser sobrevuela mis ideas y ve más allá de lo que mis ojos pueden hacerlo.  
Walter – Pedro Buda


lunes, 25 de agosto de 2014

Información sobre mis libros en Bubok

Estimados lectores de Argentina la Editorial Bubok me comunicó recientemente sobre las distintas posibilidades a la hora de comprar los libros. De hecho es posible pagar en efectivo o con tarjeta nacional.
De pagar en efectivo pueden hacerlo con Rapipago, PagoFácil, Bapro, Ripsa y Cafe express.
De pagar con tarjeta pueden hacerlo con Cabal, Visa, Argencard, MasterCard, Tarjeta Naranja, Cencosud y American Express.

Mi sitio en Bubok Argentina
También los invito a descargar gratuitamente dos de los libros que aparecen en el sitio. Los invito a visitar el sitio 




jueves, 21 de agosto de 2014

"El café de Gurbindo" de Walter H. Rotela (Pedro Buda)




Les dejo en esta entrada el bookmovie de El café de Gurbindo. Espero les guste y si es así y lo desean compartir, pueden hacerlo.
Aprovecho la oportunidad para agradecer a la gente de The Booksmovie la gentileza.

sábado, 2 de agosto de 2014

Cuento - El cuarto de Francisca

La antigua casona está hace tiempo habitada por un grupo de niños y adolescentes.
Cuando la vi, después de tanto tiempo, no creí que fuera la misma. Está pintada con un color diferente. Un color rosa viejo que en nada parece el azul que conocí de niño.
Por los medios me enteré que la casa ahora pertenece al Estado, y, por su estructura, estaba siendo usada para albergar a niños y adolescentes problemáticos. Adolescentes con dificultades con la ley.
Eso me parece bien, pues la vieja casa era muy grande. Antes allí vivían los miembros de una gran familia, con sus sirvientes también viviendo allí.
A esos habitantes no los conocí, pues la casa estaba casi en ruinas cuando la vi por primera vez, al mudarme a eso de los siete años, a una casa a dos cuadras de allí, pero funcionó en ese tiempo un viejo almacén que era propiedad del padre de una chica que me gustaba. Por ella empecé a frecuentar el lugar y compraba todo lo necesario allí. Me ofrecía voluntariamente para hacer todos los mandados y siempre iba al lugar. 
Un día, como siempre iba, el padre de la chica me invitó a buscar algo que mi madre me envió a comprar al fondo del lugar. Allí pude ver a la chica y empezamos a conversar. Pude, entonces, conocer la casa en su total dimensión.
Una tarde de mucho calor, mientras tomábamos un refresco con Laura, la chica con quien pude entablar finalmente una amistad, pero nada más, me contó que en la casa había un lugar al cual no podía entrar. Es decir, sí podía, pero le daba escalofríos cada vez que entraba al cuarto.
Varias veces volví a entrar a la casa después de aquella primera vez. En todo ese tiempo Laura me contó, varias veces, sobre el cuarto a donde había muerto -según supo después, un día que su padre le contó la historia- una chica de nuestra edad.  
Ese cuarto era frío, o uno sentía frío al acercarse a él. Y pude entrar más de una vez al lugar. Sin embargo, jamás vi nada espectacular, nada raro. Pero mi amiga Laura no podía entrar, pues comenzaba a pensar en cosas que la asustaban. Ella decía que veía cosas, nada especifico, pero sí ciertas personas que correteaban dentro del cuarto.
 Ahora, un medio de prensa informaba que la casona estaba siendo usada para albergar a menores y que ellos, los chicos, estaban asustados porque dentro del enorme lugar, un cuarto específico, estaba habitado por un fantasma. Claramente, esos relatos no fueron tenidos en cuenta.
Los chicos eran obligados a ingresar a la habitación y eran encerrados por un tiempo, uno o dos días allí. Luego de eso los dejaban salir, y no volvían a ser los mismos. Pero las autoridades, según el informe del medio, no creían en fantasmas, sin embargo, ante el relato de los chicos, usaban el antiguo cuarto, como celda de castigo.
Al parecer, la historia le gustó al periodista que hizo la nota y empezó a investigar un poco más. Pues la nota estaba pronta, no había un hecho noticioso para escribir algo más. Pero algo le decía que había encerrada una gran historia allí. Un par de meses después dio con mi antigua amiga Laura. Ella le contó que había vivido allí y que muchas veces, innumerables veces, sintió que allí, adentro del cuarto, un grupo de personas corría tras una niña, que finalmente se detenía y gritaba de modo descomunal.
Investigando con los más ancianos habitantes del barrio supo que allí había vivido una familia adinerada que entre sus criados tenía a una niña mulata. La niña, al parecer, había sido producto de la violación del dueño de casa a una de sus criadas. Pero pocos podían asegurar eso. Sin embargo, sabía, el hombre mayor con quién se entrevistó el periodista, que la niña se llamaba Francisca y que era rebelde, nunca la había visto con alguien más que con su madre. Y después de cierta edad, no volvió a verla.
La historia volvió a estar en el escritorio del periodista, pero sus editores consideraron la nota como una bobada y no la publicarían.
Quizás, la niña había muerto trágicamente y buscaba contar su historia, pero de momento no llegaba a ver la luz, y simplemente se manifestaba como unas imágenes, ante algunas personas. En estos días, ante los niños y adolescentes que habitan la casona.
Walter Rotela

Imagen de Walter Rotela 


Cuento - La carta del hombre de la silla


La carta del hombre de la silla -
(c) -
Walter Hugo Rotela González


Hace muy poco tiempo atrás me contaron sobre un asunto que aún no sé si pasó realmente o no. Sin embargo, la historia me resultó, por demás interesante. Por ello quise dejar testimonio de lo que me contaron una soleada tarde de otoño.
Un amigo, que conozco de hace un montón de años, me comentó, a propósito de un sistema cloacal que estábamos conociendo, sobre otra cloaca y un sistema de túneles. 
Nuestro sistema cloacal consta de dos cámaras y un estrecho pasaje de conducto de media caña que lleva los efluvios hacia el sistema de drenaje que pasa por el medio de la calle. Me impresionó el tamaño de la cámara, puesto que nunca lo había visto antes. Suponía que tenía cierta profundidad, mas nunca pensé que un hombre cabía allí parado y que hubiese lugar para otra persona más allí, aunque de dimensiones más pequeñas. Es decir, un recinto importante para albergar dos personas pequeñas o una de tamaño normal y otra pequeña.
Mi amigo me comentó que en realidad no era muy grande, que él conocía un sistema de desagüe cuyas dimensiones permitían caminar dentro del sistema casi erguidos, en un trayecto de varios metros, muchos en realidad.
Lo miré y le dije que no conocía algo así, aunque sabía que en la ciudad existían lugares así.
Él me contó que realizando una tarea de albañilería en una casa conoció un túnel de las dimensiones referidas y que era accesible desde la casa donde realizó servicios de reparación. Pero que ese acceso estaba en parte ocluido por una puerta que la mantenía casi oculta. Y la historia referida por el dueño de la casa era también, de un modo, algo que no revelaba por que sí no más. Pero que no era un misterio, sino, una curiosidad.
Mientras avanzaba en su relato, le fui sirviendo unos mates invitándole a que prosiguiera con la historia, que prometía ser interesante.
Él, sabiendo mi gusto por conocer historias de la ciudad, fue tomando una postura de quien tiene entre sus manos una cosa importante.
̶  Mira, la cosa es que tenía que reparar una pared que estaba perdiendo el revoque y arreglar el marco de una puerta trampa que estaba en el suelo de una habitación.
̶ Entiendo… -le dije, buscando que prosiguiera.
̶ Bueno, para poder reparar la puerta, es decir, el marco de la misma, debía abrir la hoja de la puerta y sacarla. Lo hice y mi sorpresa fue grande…
̶ ¿Por…?
̶ Bueno,  había un tipo sentado allí. Es decir, no un tipo, lo que quedaba de él. Un esqueleto sentado en una silla.
̶ ¿Cómo?
̶ Como lo escuchas. Un tipo, claramente muerto, un esqueleto vestido, con ropas polvorientas, con mucha mugre, sin olor ninguno apreciable.
 ̶  Y el tipo, el dueño ¿cómo explicó eso?
̶ Me dijo que no me asustara. Que él lo encontró allí cuando se puso a hacer reparaciones la primera vez. La puerta trampa, está debajo de una segunda tapa de tablones que conforman el piso de madera de la habitación. Por eso no reparó en la existencia de la puerta sino hasta que un día, golpeando el piso, en una suerte de zapateo, lo sintió hueco. Jugaba con uno de sus hijos y así lo descubrió.
̶  ¡Qué historia…!
̶ Sí, el dueño de casa me contó que si bien primero atinó a mantener todo en secreto, no pudo seguir sin saber qué o quién era la persona que allí estaba. Es decir, sus restos.
Tomó coraje y con una linterna entró a esa habitación, como lo creyó en un principio. Notó que además del esqueleto había otras cosas: muebles pequeños, utensilios de cocina y algunas herramientas estaban, cuidadosamente, colocados en pequeños estantes adosados a la pared de un túnel, que continuaba más allá de los límites de su casa. Pero no pocos metros, sino que mucho más.   
̶ Me parece increíble, totalmente increíble lo que me cuentas -le dije. Más mi amigo asegura que el lugar existe y que el dueño de casa le contó más sobre el asunto.
Mi amigo entendió que lo que estaba compartiendo sonaba totalmente descabellado y me explicó que también a él le pareció así cuando el dueño de casa le refirió la historia.
Mas tenía sentido, lo que había debajo de la casa de este señor no era una habitación, sino un túnel que fue habitado por personas en un tiempo en que se desarrolló una guerra civil en la ciudad, y que algunos hombres y mujeres tuvieron que esconderse en esos túneles. Historia que yo conocía, pero jamás por un relato verbal de alguien. En textos de algunos sobrevivientes aparecían relatos de lugares así, pero que en nada semejaban lo contado por mi amigo.
̶ Como te decía -prosiguió mi amigo.  El hombre quería que le reparara la puerta y tuvo que contarme la historia, primero para que no me espantara y segundo para que terminara el trabajo. Investigó y descubrió que, en un pasado no muy reciente, el lugar había sido ocupado para esconderse de una ocupación, de un sitio de la ciudad. Las ropas estaban intactas, y ciertamente no era de los sesenta o setenta, sino mucho más antigua. Por ello consideró que nadie buscaría a esta persona.
Por otra parte, nunca había sentido nada al respecto y creyó que si estaba allí y no molestaba, era como un tesoro escondido, como una historia que estaba allí en el sótano de su casa. Un día, un vecino le comentó que también tenía acceso a un túnel, que rellenó con escombros y dejó cerrado el acceso. Años después, otro vecino, de dos cuadras más al norte, también había encontrado acceso a un túnel que también rellenó y cerró su acceso. Esto le corroboró que el túnel era más largo que lo que pensó en un principio y que tenía como fin no sólo comunicarse, sino que había sido usado para vivir, pues los utensilios encontrados así hacía pensar.
̶  ¿Y el hombre de la silla? ¿Quién pudo ser? ¿Investigó el dueño de casa? 
̶ Sí, sí… pudo saber quién era. Al menos había encontrado una carta que estaba en una caja. Te digo que el lugar está seco, eso es increíble. Pues en general estos lugares son húmedos. Sin embargo, esa zona no es húmeda, pues fui varias veces y nunca sentí humedad.
̶ La carta ¿qué decía?
̶ Sí, la carta… Era una carta para una mujer. Le escribía diciéndole cuánto la amaba pero que debía permanecer oculto hasta que todo eso pasara. Que apenas cesara la revuelta él buscaría la forma de contactarla. Firmaba al final de la carta, Theo R.  Sin embargo, él nunca salió de allí.
̶  Y la carta tampoco.
̶  Cierto. No lo había pensado.
Walter Rotela
2014














jueves, 3 de julio de 2014

Buscando...

Buscando... las llaves, las rutas en archivo .pdf ahora totalmente gratis lo pueden descargar de cualquiera de los sitios de Bubok en los cuales está.
México
Colombia
España 
Argentina

Los invito  descargar y leer. Después, si lo leyeron, me cuentan sus impresiones...


jueves, 19 de junio de 2014

Entrevista con Teresita Pizzorno

Entrevista con Teresita Pizzorno, profesora y directora del Coro Esperanza, de Montevideo, Uruguay. Fundado el 20 de Abril de 1985. Coro de adultos y adultos mayores. La docente es profesora de piano, órgano y se desempeña como docente de música en varias instituciones educativas. Tiene una trayectoria importante con reconocimientos varios. Nos cuenta en esta entrevista sobre la evolución del coro en sus primeros 10 años. Dos entrevistas más completan el ciclo.


Blog de la profesora Teresita Pizzorno: Cantaresvivir 





Cuento: QUIERE VENIR A LA MISA DE HOY

En cualquier lugar donde haya muchas personas, siempre existe la posibilidad de que se den anécdotas de toda clase. Esas situaciones  de la vida real, superan, la mayoría de las veces, la posibilidad de la ficción. El escritor quizás no llegue a imaginar tal absurdo, por decirlo de algún modo simple.
Una tarde de Agosto, mes en que los viejos de la zona subtropical, al sur del río Amazonas, se cuidan doblemente, sucedió lo que se narra más abajo. Digo doblemente, porque a los problemas de los años, le agregan eso de que Julio los prepara y Agosto se los lleva. Cosas de tradiciones… “al sur del sur”, como dice Don Jorge Drexler. El frío se confabulaba con la gruesa capa de oscuras nubes y daba la sensación de más frío.
Tomé uno de los cuadernos con que, habitualmente, nos comunicamos las novedades, de un turno al otro, o de un día para el siguiente. Apenas inicié la lectura de uno de ellos, encontré una nota que me llamó la atención. Lo particular estaba escrito en la parte de observaciones. Lo que primero me sorprendió, pero luego me hizo descostillar de la risa. Y quise compartir, entonces, lo que estaba escrito. Porque quizás, el que mal interpretaba era yo. Sin embargo, cuando se lo leí a mi compañera de trabajo, la sacristana, soltó la carcajada. Aunque pronto sugirió que seguramente, fue escrito en un momento de apuro, dictado por alguien en el teléfono, y no fue revisado después. Pero eso, no impidió que riera con gusto. Pues sin tener mala intención, causan gracia, los pequeños equívocos del ser humano.
La tarde estaba fría, lúgubre; pero tras reírnos, entramos en calor, y no era para menos. En la sección donde dejamos constancia del nombre de fallecido estaba escrito un nombre;  en la parte de defunción figuraba una fecha de un año atrás. Pero lo fantástico, estaba en el segmento que titulamos “Observaciones”. Allí decía, textualmente: “Falleció hace un año atrás y quiere venir a la misa de hoy”.
Pedro Buda 2012
Quiere venir a la misa de hoy -
(c) -
Walter Hugo Rotela González



sábado, 7 de junio de 2014

Calle sin salida

Salí con la cámara esa noche…
Caminé por las calles buscando imágenes cotidianas, rostros de caminantes, simples estructuras conocidas; pero encontré algo más que eso. Coches viejos como mirándome, apostados en sus sitios como prontos para atacar.
Lo que comparto es el producto de lo visto esa noche oscura, pero con mil luces iluminando por doquier.

Aún  me pregunto si las luces no son formas de energías vivas, que no logramos percibir, pero la cámara sí. 
Quizás una auténtica calle sin salida.














viernes, 9 de mayo de 2014

Lo que importa es creer

No será mucho lo que diré. No será ni mucho ni poco, tan solo unas frases sueltas porque estoy cansado de mirar la pantalla y que surjan palabras… No, mentira, es lo más maravilloso de mis días, que las historias vayan surgiendo allí, con cada paso. Dejando huellas van los personajes, creando su universo, como nosotros, de carne y hueso.
Insisto, no insistiré sobre el asunto. Pero ahí está la magia de esto, cuando crees que ya no tienes ganas de seguir escribiendo van surgiendo imágenes, palabras, ideas, esbozos de imágenes que poblarán las escenas o los relatos de los personajes que viajando mirarán por las ventanillas del tren – o  del auto, del ómnibus- los campos brotados o las estrellas en medio del negro firmamento.  
Mi pena o mi dolor, mis alegrías o mis satisfacciones toman forma de personajes y viven ese mundo que habito, en mis sueños del tiempo de vigilia, esos que llamo cuentos.
 “Toda esa magia escondida…” -como dice la canción que canta Juan Carlos Baglietto- está ahí, a un clik de distancia, a un segundo de luz, a medio camino entre vos y yo, que nos leemos entre líneas, que nos sabemos cómplices de esta aventura compartida, donde yo creo que escribo y tú crees que lees, pero donde ocurre, en realidad, otra cosa: ambos escribimos y leemos al mismo tiempo, pues las letras que conforman las palabras llegan a ti y dibujan en tu interior una imagen que quizás no fue la que cree al hacer presión en la tecla o en la punta del bolígrafo…
Está de más decir que estoy aquí porque creo que tú estás ahí, o que estarás ahí cuando yo ya no esté. Lo que importa es creer. Y creer es, desde el vamos, una forma de hacer, de escribir, de leer.
Hoy y ayer debía escribir algunas líneas, pero no lo hice. Perdí las ganas, no sé dónde, pero las perdí. Creo, firmemente creo, que las volveré a encontrar; pero quizás mañana, cuando el sol, vuelva a decir: “aquí estoy”.


sábado, 3 de mayo de 2014

Radio Huellas de Pedro Buda II

Inauguro a partir de la fecha 03-05-2014 una forma más de difusión de mis entrevistas y materiales de audio. Su nombre radio Huellas de Pedro Buda II.
Inicia este nuevo ciclo con la entrevista mantenida con el escritor C. Omar Dive Quefau.
Pueden acceder en la barra lateral de este blog a escuchar la entrevista o ir a radio Huellas de Pedro buda II


*Se mantienen los audios en radio Huellas de Pedro Buda, pero a partir de la fecha nuevos audios se subirán a radio Huellas de Pedro Buda II. 


viernes, 11 de abril de 2014

Fotografías de Esculturas de la Ciudad de San José

Ciudad de San José (Capital del Departamento de San José, Uruguay)


Calle Peatonal 


Plaza Principal

 
 Entrada del Teatro Bartolomé Macció







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Obras de arte de Hugo Nantes en Espacio Cultural de San José
Hugo Nantes fue pintor, escultor y ceramista uruguayo, de la Ciudad de San José (24 de enero de 1933 - 10 de marzo de 2009) 










Las imágenes se registraron el 5 de Abril, el penúltimo día de la Primera Edición del Festival Internacional de Fotografía - San José Foto. Disertaban, en ese momento, primero Luis Cobelo sobre fotografía latinoamericana, y luego el fotógrafo español Alejandro Castellote sobre fotografía asiática, según el programa que aparece en el sitio http://miramama.com.uy/fotografia/festival-san-jose-foto/ Más información en http://www.sanjosefoto.uy/





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